miércoles, 14 de abril de 2010

“LA VIGENCIA DEL MANIFIESTO COMUNISTA”

“LA VIGENCIA DEL MANIFIESTO COMUNISTA”

-Un reencuentro con lo imperdible-



22-01-10.

“Un Fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo” Escuchar esta frase, supone una gran sorpresa y genera una serie de expectativas acerca de lo que puede tratar un Manifiesto, nos crea interrogantes sobre ¿Qué expone el Manifiesto? ¿Cuál fue la idea de los autores del Manifiesto? Supone además la intención de revisar este documento y para los que ya lo hemos hecho, la urgente necesidad de colocarlo nuevamente para su lectura.


Hablar de vigencia admite, al menos, evidenciar tres elementos indispensables para percibir la real dimensión del Manifiesto Comunista; su contenido; sus falencias y sus vacíos; y por último su rol actual.


Escrito por Karl Marx y Federico Engels, para enero de 1848, como señala Atilio Boron “El manifiesto significa el encuentro entre el comunismo, liberado de concepciones románticas –“todos los hombres son hermanos”-, con las luchas y organizaciones del proletariado… El comunismo deja de ser una doctrina filosófica y se convierte en un programa teórico práctico de gobierno que le permite trascender de especificidades locales hasta adquirir una proyección universal” y además como dirían sus autores: “Es hora de que los comunistas expongan a la faz del mundo entero sus conceptos, sus fines y sus tendencias, que opongan a la leyenda del comunismo un manifiesto del partido propio”.


Como el motivo de esta exposición no es, de ninguna manera, un presentación resumida de este documento, y mucho menos una reflexión acabada, limitaré la exposición a los elementos trascendentales del Manifiesto Comunista, como punto de partida para la evaluación y criterio de cada uno de ustedes y más bien abordar los temas que hasta el día de hoy, 162 años después de elaborado, siguen siendo partes sustanciales de la lucha revolucionaria, destacando como Boron sostiene: “La vitalidad de los ideales y la utopía socialista se nutre a diario de las promesas incumplidas del capitalismo y de su imposibilidad estructural para asegurar el bienestar de las mayorías”


El Manifiesto Comunista presenta ideas centrales que como ya indica su prefacio de 1872: “Aunque las condiciones hayan cambiado en los últimos 25 años, los principios generales expuestos en este Manifiesto siguen siendo hoy, rasgos enteramente acertados. Algunos puntos deberían ser retocados. El manifiesto explica que la aplicación práctica de estos principios dependerá siempre y en todas partes de las circunstancias históricas existentes, y que, por tanto, no se concede importancia excepcional a las medidas revolucionarias enumeradas al final del capítulo II.” Que más adelante serán desarrolladas.


La vigencia del Manifiesto Comunista, aquí y ahora, consiste es que su aporte se revitaliza a diario, no solo en el hecho de un reconocimiento completo, a partir del Materialismo histórico, de nuestra realidad, sino además de que sus precisiones tienen repercusión en el curso actual de las cosas, donde: “La historia de todas las sociedades, hasta nuestros días, es la historia de la lucha de clases”, los “Gobiernos del Estado moderno no son más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa”; y “el rápido perfeccionamiento de los instrumentos de producción y al constante progreso de los medios de comunicación de la burguesía arrastran a la corriente de la civilización a todas las naciones, obligan a todas las naciones, si no quieren sucumbir, a adoptar el modo burgués de producción, las constriñe a introducir la llamada civilización, es decir a hacerse burgueses. En una palabra: se forja un mundo a su imagen y semejanza”.


Además de lo anterior el Manifiesto, describe de forma precisa el papel que desempeña la burguesía y cual es el sujeto revolucionario destinado a derribar este sistema dejando tareas que hasta hoy soy necesarias: “Os horrorizáis de que queramos abolir la propiedad privada. Pero en vuestra sociedad actual, la propiedad privada está abolida para las nueve décimas partes de sus miembros, existe precisamente porque no existe para esas nueve décimas partes. Nos reprocháis, pues, el querer abolir una forma de propiedad que no puede existir sino a condición de que la inmensa mayoría de la sociedad sea privada de propiedad. En una palabra, nos acusáis de querer abolir vuestra propiedad. Efectivamente, eso es lo que queremos” “Pero la burguesía no ha forjado solamente las armas que deben darle muerte; ha producido también los hombres que empuñarán esas armas: los obrero modernos, los proletarios”.


Revisando las “medidas revolucionarias” salta a la vista que todavía gran parte de ellas son necesarias para la profundización y agudización de los procesos revolucionarios para avanzar a la consolidación de la etapa de transición al comunismo: el socialismo, entre la cuales la más importantes son:


“Expropiación de la propiedad territorial.

Impuesto progresivo.

Abolición de derecho a la herencia.

Obligación de trabajar para todos.

Medidas encaminadas a hacer desaparecer la diferencia entre la ciudad y el campo.

Educación pública y gratuita de todos los niños”


Aparte de esto el Manifiesto expresa una condición fundamental: “El libre desenvolvimiento de cada uno será la condición del libre desenvolvimiento de todos”.


El Manifiesto Comunista, abordado, aún, de manera muy superficial, como hoy, presenta claras las cosas, los revolucionarios tenemos la tarea casi completa, nos enfrentamos al capitalismo más salvaje, donde, como señala Hart “La globalización equivale a otra etapa del proceso de internacionalización capitalista de la riqueza”. Donde “La consolidación de los monopolios, el aumento de la polarización social, la universalización del fenómeno de la pobreza, la degradación del racismo y la creciente desigualdad internacional, son otras tantas pruebas, irrebatibles y contundentes, que atestiguan la vigencia de los diagnósticos y pronósticos fundamentales formulados por Marx y Engels en los lejanos días de febrero de 1848” Boron


Definido ya, en una parte muy pequeña, los aportes del Manifiesto quedan expresadas algunas ideas a la sazón: el Manifiesto Comunista forjó, como señala Von Mises el “Más potente movimiento de reforma jamás conocido en la historia, la primera tendencia ideológica no limitada a un segmento de la humanidad sino que es apoyada por gentes de todas las razas, naciones, religiones y civilizaciones”

No podríamos hablar de vigencia, si solo nos limitáramos a decir que tiene actualidad en este documento, adicional a esto es necesario indicar que el Manifiesto, tiene una serie de “deudas”, si podríamos decir de alguna manera, deudas que debemos señalar, tienen que ver con el contexto histórico de la primera publicación y además señalar que el Manifiesto fue el esbozo de la líneas gruesas, de las reivindicaciones más urgentes del proletariado europeo para el siglo XIX. Y además tiene un elemento más que añadir: los autores del mismo, en tanto que humanos, hierran. Errores humanos que dan muestra de porque nuestro Manifiesto es real, se aplica para nuestra humanidad real y sus errores, falencias y otros criterios, que han sido puntos de ataque de los sectores conservadores, no lo desacreditan, sino lo refuerzan, lo respaldan, y lo perennizan como la construcción política de un programa, y además el hecho de que el Manifiesto, este incompleto, lo libra de consideraciones dogmaticas y lo desmitifican, eliminan de él ese elemento casi religioso de considerarlo infalible como si fuera creación divina.


En este trecho del camino “podríamos identificar dos grandes grupos de problemas en el manifiesto: las tesis que deben ser revisadas y los “temas ausentes””.

Por parte de las que merecen revisión tenemos: “El Manifiesto Comunista se propuso como tarea proclamar la desaparición próxima e inevitable de la moderna propiedad burguesa.” La Potencialidad de supervivencia del capitalismo, la sobreestimación de la madurez revolucionaria de la clase obrera y la subestimación del crecimiento de una clase media.


Mariátegui ya avizoró esto: “La civilización occidental se encuentra en crisis; pero ningún indicio existe aún de que resulta próxima a caer en definitivo colapso”

Tres temas que sobresalen en las deudas del manifiesto:


Sexismo. Situar la cuestión de género en el marco estructural que le corresponde y a partir del cual es posible pensar, seriamente, en la impostergable agenda de la liberación femenina. Igualdad en todo menos de clase.


Cuestión ecológica “ni siquiera todas las naciones consideradas simultáneamente son las dueñas del planeta. Ellas solo lo poseen,… y deben transmitírselo a las sucesivas generaciones en mejores condiciones que aquellas en que lo recibieron.” Marx. III Capital.


Problema del nacionalismo.

Lo que podríamos considerar como observaciones finales, que no son conclusiones sino, más bien, iniciaciones de un necesario y sano debate que nos permita re-articular la visión materialista del mundo y nuestra realidad concreta, es de esta manera que citaré a varios autores que han presentado varios caminos para conseguir este anhelo:


Armando Hart. “El marxismo es válido en la medida en que se interprete como un “método de estudio e investigación” y “una guía para la acción”. Se trata de un cuerpo de ideas sin conclusiones inmutables sobre lo que va concretamente a suceder en la historia del mañana. Es esencialmente una llave maestra para abrir las puertas de una época nueva, y a su vez luz para andar por el laberinto accidentado y lleno de obstáculos en defensa de los interés de los trabajadores”.


Jean Hermet. “Los pueblos necesitan más que nunca, partidos revolucionarios que los congreguen en la lucha para construir con ellos una sociedad de justicia, de libertad y de paz. Partidos que no se ocupen de tratar de controlar todo, de decidir todo, sino que desempeñen un verdadero papel de vanguardia. Partidos que elaboren las soluciones más adecuadas respondiendo a los problemas propios de cada país”


Marcelo Villamarín “descubrir la verdadera dimensión histórica del socialismo, más como posibilidad concreta que como una fatalidad científica… construir un socialismo de nuevo tipo… su doctrina nos servirá para fundamentar nuestras apreciaciones sobre el papel de la praxis en relación entre conocimiento e historia”


Atilio Boron “La validez del socialismo como “crítica implacable de todo lo existente” sigue siendo tanto o más contundente que antes”.


Como culmen de estas ideas, en el 2010, el Manifiesto, no se presenta a nosotros aislado de todo ese gran legado de producción filosófica, viene acompañado de toda la rica experiencia teórico práctica del marxismo y hoy la décima primera tesis de Marx acerca de Feuerbach, “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”, nos acerca hacia el rumbo necesario para ser partícipes, de una vez para siempre, de esa hermosa convocatoria presente en el Manifiesto del Partido Comunista: “Proletarios de todos los países, uníos”

1 comentario:

Marcelo Villamarín Carrascal dijo...

Después de la "crisis" del marxismo, es saludable encontrar interesados en reflexionar sobre aquello que constituye un hito en la historia del pensamiento y la historia. Hay que releer el Manifiesto con los ojos abiertos a los horizontes impuestos por la globalización capitalista.